Por Dionis Mezquita
En este tiempo vende el que muestra, aun su producto sea una estafa.
Vende más el que reparte más. Vende más el que ofrece mucho aun no de nada.
Vende más el bien vestido, aunque sus intenciones despida olor de sepulcro abierto.
Vende más el que conduce un auto último modelo, aun sea de un primo, hermano, su padre, un amigo de aquí o de Nueva York.
Vale más parecer que ser, ese el tema del último siglo, promoción, mercadeo, producto real con resultados falsos y enfermizos.
Vale más el que dice palabras bonitas, adornadas de flores y rosas flamantes de colores, aunque el bouquet sea plástico.
Compra mas el que más necesidad tiene, sediento de igualar a los poderosos, creyendo llegar, sucumbe en la mentira humana, siendo víctima de la estafa de una falsa publicidad.
Compra más los que creen en las palabras grandes, sin pensar o analizar que lo dicho es cierto o no, además que nunca leen las letras pequeñas.
Compran más los que adolecen de un sentido común, deseosos de impresionar, cayendo en l juego del publicista y de su falsa publicidad.
Se perdió la confianza, se robaron la verdad, se esfumaron los sueños, violaron los valores, condenaron la razón y patentaron la mentira, disfrazaron la vida, y aunque parezca pequeño, ya el engaño es parte de los sueños.
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