Frase de la Semana.

"Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impio asedia al justo, por eso sale torcida la justicia" [Habacuc 1:4]


lunes, 6 de agosto de 2012

Tomar una Actitud Sabia; Una Actitud Espiritual debe ser la Actitud del creyente



[2 Timoteo 2:1-26]”Tu pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.........

Dionis Mezquita 07/18/12

David siendo un pastor de ovejas, el más pequeño de la familia, luego de ser ungido por el profeta Samuel, enviado por Jehová, se convirtió en un guerrero, músico del rey, y de ahí pasa a ser el rey más grande del pueblo de Israel.
Pablo un estudiante de leyes, teólogo, escritor y otros títulos más recaían sobre un ‘llamado Saulo’.

Hombres ilustres, Lideres de Dios y políticos; Trabajadores, tenaces, firmes en su andar e integro a sus creencias, ambos son tomamos como ejemplo, pues mantenían hábitos de creer, adorar y obedecer al Padre, Dios Todopoderoso y dar las primicias al Divino Rey ante cualquier circunstancia. [Hechos 9:1-19]
La demostración de David, coloca a un hombre de carne y hueso, imperfecto, con el título de Rey y con una humildad de siervo como el mismo servidor creador de salvación, Jesús.

La muestra de conversión más grande que la historia bíblica pueda presentar, en el Nuevo Testamento, recae en Saulo, bautizado como Pablo y llamado por mismo Señor Jesucristo, al ministerio de evangelización, pasando de perseguidor a perseguido; De atacar la Buenas Nuevas a ser predicador de ella, y cumplir con el mandado del mismo Jesús, revelado en [Mateo 28:18-20], llevando el evangelio a los lugares más lejanos del pueblo de Israel.

Daniel y Nehemías, líderes Espirituales y Políticos, eran hombres con actitudes irreprochables antes los quehaceres de su trabajo. Mantenían conductas firmes que no doblegaban ante cualquier ataque humano, sin menospreciar su trabajo, y enaltecían la obra del Dios Eterno. Eran creyentes a cabalidad, oraban, no se contaminaban y obedecían al Rey Supremo. Dando reverencia a Jehová Dios de los Ejércitos antes de tomar cualquier decisión personal, demostrando un genuino habito de humildad en el diario vivir. [Nehemías 2:1-10 / Daniel 1:8 / 6:9-10 / 9:9]

Has pensado usted mi querido hermano y apreciado amigo la diferencia que existe cuando usted depende del Padre Celestial. No es cuestión de conocimientos, estudios o ciencia, sino de ser humilde y obediente ante Su presencia. Creer que él y solo él todo lo puede, sin averiguar más allá de lo imaginable, y que su actitud antes la circunstancia son tomadas en cuanta por él. [Filipenses 4:7]
Se ha fijado como Abraham, siendo hijo de un hombre poderoso, Taré, pero que no creyó en Jehová, sino que era un hombre totalmente pagano. Pero el Padre Celestial le hizo el llamado y Abraham y él le escuchó, le creyó y le obedeció, aun sin saber su misión, confio en él.
Por eso ha sido catalogado como el Padre de Fe, pues se hizo obediente al igual que Saulo, bautizado luego con el nombre de Pablo, aunque Abraham nunca fue bautizado, ambos escucharon sin reproches, dejando todo su legado terrenal para seguir a uno que no se veía, ni veían luz al final del camino, pero creyeron y no se apartaron del sendero de luz que se le mostró.

Conoces la historia de José, hijo de Jacob; líder, político y ministro de Faraón en Egipto. Vendido por sus hermanos por ser un hijo ilustre y la envidia se apodero de ellos y recibieron unas monedas a cambio de la traición de su propia sangre. Egoísmo entre hermanos, es un pecado mortal. Mentiras tras mentiras, otro pecado que detesta el Padre Celestial. Que otros sufran por culpa de cizaña, entre amigos, entre hermanos de la fe y peor aún, entre hermanos de sangre, indiscutiblemente que son pecados aberrantes.

Pero José no guardo rencor por la descabellada escena realizada por su hermanos, él se mantuvo orando, alabando al Padre, perdonando a sus hermanos y creyendo que Dios un día le daría la oportunidad.
José Creyó, se mantuvo creyendo, esperó su tiempo, pero en ese lapso, mantuvo una actitud firme, de confianza, de valor, y trabajando en los oficios que se le fueron encomendados. Esto fue triste, pero mas triste aun, es que todavía, aun en estos días, esto sigue pasando, entre hermanos de la fe. Pero debemos ser como José y seguir creyendo que el Padre hará la obra y que Su Espíritu Santos es el único que dará el reconocimiento a las faltas, los atropellos, las injurias que nuestros hermanos comenten contra la inocencia y la humildad de aquellos que tienen el llamado y desean servirle al Dios Eterno, aunque lo vean, lo ignoren, peor aún, lo discriminan.
José, fue vendido como esclavo, no se quejó, pues teniendo una vida holgada, junto a los suyos, no bajó la guardia para servirle a nuestro Dios en su tiempo de esclavitud.
José fue esclavo por la ley del hombre, pero su creencia, su actitud, su humildad, su obediencia, y en quien creía, siempre lo mantenían libre.

Creerle a Dios no es solo por placer, esto es ser un creyente pasivo, pues en esta categoría solo espera beneficios y recompensas, compartiendo su vida con las cosas de este mundo.
Creerle a Dios es saber que la obra no la verá a tu tiempo sino al de él. El Padre actuará, pero un siervo que ore, que sea sabio “en Su Sabiduría”, que sea paciente, que sea un hombre de esperanza, que mantengas la fe y demuestre al mundo que su actitud e integridad van de la mano con un Dios fuerte, divino, generoso, misericordioso y de promesas, no de políticos, sino promesas divinas y de vida eterna, verá la gloria y estará junto a el Hermano Mayor, Jesucristo y nuestro Padre Celestial.

Una verdadera actitud del creyente tiene una sola vía. No debe haber retroceso, ya que creer a Dios es el camino del diario vivir y de la vida eterna.
Obedecerle, es andar por las sendas de luz. Y hacer su voluntad es la dirección correcta de una vida libre en un mundo oprimido de corrupción (a todos los niveles), llevando el mensaje del Maestro, Jesús, predicando las Buenas Nuevas de Salvación.

Mi querido hermano y amigo, actúa usted de acuerdo a los sentimientos del llamado de su corazón o actúa usted por misericordia, y por amor a los demás?

Cuando temes a Dios, lo estás respetando y cuando respetas a tu hermano, es casi seguro que recibirás lo mismo de él. [Gálata 6:7]

Estas son las bondades que nos brinda nuestro Dios por Su gracia y que él desea que usted y yo hagamos lo mismo. Lo hace usted?

Es tu actitud igual con el Padre Celestial que con la de tu hermano terrenal?
No espero su respuesta, pero te insto a que lo pienses.......Piénsalo! y En esto Pensad.

[Judas 20-22 “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo. Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. A algunos que dudan, convencedlos.”