Dionis Mezquita
Cuando venimos a los pies del Señor muchos piensan que encontramos la plena felicidad y no van existir mas problemas cuando le entregamos nuestra vida a él, y realmente es el comienzo de una prueba para conseguir la salvación, pruebas donde debemos dar para poder recibir.
Es un proceso de trasformación que nos enseña quien es el Padre, donde debemos aprender a conocerle a través de la palabra y la oración.
Para conseguirla es preciso seguir sus pasos y creer que el Padre envió su hijo y murió por ti.
Obedecer sus mandatos, alejarte del pecado, servir a los necesitados, dar y siempre dar sin la intención de recibir pago alguno por el servicio voluntario que él espera de ti.
Es hacer como cuando se siembra una semilla, debe morir para poder dar los frutos.
Es un proceso donde debemos ser ojo de huracán, viendo los problemas que nos afectan en 360 grados y saber que la tormenta está y que no le tememos, pues el Padre esta con nosotros y esa paz que nos invade es como ese ojo de huracán, nos llena del Poder del Espíritu Santo y su Gracia nos da seguridad.
Cuando estamos en el mundo del pecado no somos ojos del huracán sino que estamos en la tormenta, con diversiones y placeres; divisiones y traiciones; problemas y egoísmo nos alejan de esa paz que solo él nos ofrece.
Dios es amor y el nos brinda esa paz, dejemos que le huracán continúe y no deje de estar en ese medio, sintiendo la paz del Padre Todopoderoso.
Dios te guarde en este día de tormenta y bendiga tu sabia decisión.
Y piensa siempre en los demás.
